El estereotipo de las proporciones ideales femeninas que reinó durante años como el canon de belleza se desvanece. Parece que las modelos excesivamente delgadas ya no son un ejemplo a seguir, y el cuerpo perfecto corresponde al de una mujer con curvas como en los tiempos del Renacimiento.
1.68 metros, medidas 99-63-91 es el nuevo standard. Constituyen las proporciones más cercanas a la perfección absoluta, constituyendo la armonía en el cuerpo humano, incluidas la edad, las medidas del rostro, el cabello, los pechos, las caderas, la cintura, las piernas, la espalda y hasta el cuello.
Lo que más atrae a los hombres no tiene nada que ver con cuerpo atléticos y perfectamente cincelados en el gimnasio, sino algo tan primario como la fertilidad. Pura naturalidad y feminidad.
Este nuevo modelo de perfección no parece tan inalcanzable, y coincide más con el ideal de belleza que los artistas plasmaron en sus pinturas durante siglos. Sentirse orgullosa de sus curvas y no intentar adaptarse a los cánones que triunfar en la publicidad y las pasarelas.